ALIAS
No se trata de un juego de delfines,
Ni más faltaba.
Es un conteo de segundos que indican
Que la vida se angustia y se exaspera.
Una voz contagiosa que intenta cánticos ponzoñosos.
Cuerpos desnudos que se ofrecen a la ceremonia del
pecado.
Se trata de un beso escondido en la melodía de un delfín.
La vida más allá de tu ropa interior de la noche
anterior.
Una mirada mórbida desde la ventana insólita,
Que se queda con el adiós garabateado en la sonrisa.
No se trata de un juego de bestias inteligentes,
Cualquier Dios que me libre.
Es una estadística famélica que notifica
La confabulación de los números con tu calendario
menstrual.
Una voz que sabe a látex se fuga del fragor de la
ducha.
Los surcos movedizos en las sabanas blancas hablan
de la interinidad del amor.
Se trata de un viaje intempestivo en la noche de tu
piel.
Las dudas más allá de la ecuación ilógica de los
besos.
Ella, respira, exánime; igual: 50%.
Él, besa la mejilla
inanimada, desciende del paraíso; igual: 50%.
Queda claro: es una patología sicalíptica mimetizada
en un manuscrito,
Que aspira al alias de poema.
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