Después que mi cuerpo quedó apestando a tu ropa interior de la noche anterior, es apenas justo, que la madrugada germine ¿pudorosa? en mi ¿ventana?.
Duerme, muere, re-vive, te lo mereces.
Mientras tanto: el sabor a látex re-calentado acompaña la sonrisa que juega en tu boca.
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