NIÑOS DE NIEBLA (Poema)

De la huida, del miedo y de la miseria vengo.
Estoy hecho de amargura, de caña de pescar, del despojo.
Nací bajo el letargo del hambre, a la sombra de las balas,
En el refugio de las dádivas.
Las caricias me crispan el alma. La lástima es una mala señal.
5x8 es mierda. Desasosiego. El abismo.
La maestra de cáscara amarga finge un elogio.
Y ya sé que el colesterol la matará alguna vez.
Cree que se de Matemáticas.
Cree que se de Biología.
Se de los pasos presurosos de la muerte.
Y de la dictadura del agravio.
Se de códigos inteligibles. Sé que no existo.
Ingrávido. Etéreo.
Tu mano se diluye en la niebla.
(Soy de niebla)
Tu abrazo vadea el aire.
Estoy en el plan de reproducir la historia del antes, del hoy y del después.

Algún día besaré los labios de Camila,
Cantaré las diatribas de la felicidad,
Patearé latas vacías de cervezas en la calle,
Seré normal.
Si la muerte se tomase vacaciones.

Un niño de niebla va a la oficina de Sicología.
Pontifican patologías apocalípticas.
Las registran en libretas de apuntes.
Y se las creen.
Un niño de niebla es un iceberg de silencio.
Va por el mundo con su indumentaria de víctima,
Con su valentía de cafetín.
Con el “ya” en el calendario.

Si la muerte se tomase vacaciones,
Seguramente el lunes iría a clases.
Y todo seguiría igual.