Social Icons

domingo, 14 de marzo de 2010

Docencia, escuela y política: Una mirada analítica y reflexiva desde el colectivo magisterial en América latina.

Aclarado, de antemano, que en Latinoamérica la construcción de políticas docentes no ha podido superar el endeble umbral de las leyes reguladoras del sistema educativo, obliga a que la discusión sobre las actividades del maestro pueda ser observada desde un contexto notoriamente “invisible”. Esa invisibilización es en parte propiciada por el estado y por la otra parte por el mismo docente. En relación al papel del estado, la implantación del modelo neoliberal en la región cambió obviamente las relaciones de poder. El maestro dejó de ser por presión del gobierno el líder natural de la sociedad civil, hasta convertirse en un moderado empleado más del aparato burocrático del gobierno. La concepción de mercancía se le adjudicó entonces a la educación y los estudiantes comenzaron a ser vistos como un producto competitivo, que debía luchar para sobrevivir en un mercado voraz por su rendimiento y desempeño. Competitividad, desempeño, productividad y rendimiento emergieron para reemplazar los románticos conceptos de conocimiento, intelectualidad, pensamiento y raciocinio. La docencia estaba y está cuestionada en América latina y los maestros asistían y asisten cada día a “dictar clases” arrinconados por las penurias económicas, imposibilitados para defender con argumentos teóricos, éticos y sociales las añejas conquistas logradas a través de las incansables luchas sindicales de otros tiempos. De la noche a la mañana los neoliberales se inventaron que las escuelas debían preparar a los niños y jóvenes solo para el trabajo. Construir pensamiento libre, crítico, reflexivo y deliberativo eran asuntos de terroristas de la izquierda que había que erradicar del magisterio. De México a la Patagonía los procesos de invisibilización se gestaban de dos maneras: por una parte las políticas iban en detrimento de los salarios, la estabilidad laboral y la unidad sindical; y por el otro, la protesta social de los maestros fue aniquilada a través de las amenazas, el desplazamiento, la desaparición forzada o la muerte selectiva.

Sin embargo el gremio docente seguía en las aulas aunque invisibles colocando el hombro para ayudar al desarrollo de los pueblos. Su protagonismo silencioso avanzaba a cada momento en una búsqueda constante de reconocimiento. Pero en América latina, ¿qué existe en lo referente a políticas docentes?; leyes, currículos, proyectos, propuestas, programas, imposiciones, sanciones, utopías, desazón, nostalgia y trabajo denodado. Políticas coherentes, articuladas y consensuadas a través de las emergencias prohijadas por la sociedad civil poco o nada. La versión trágica del neoliberalismo se paseaba por América latina reproduciendo increíbles estadísticas de pobreza, desigualdad, segmentación y exclusión. La mano perversa de la privatización se hacía sentir. Las nociones de política educativa empezaban a ser discutidas y los discursos de calidad y equidad intentaban abandonar su sofisma semántico.
Lo emblemático de los términos no consistía en conocer su significado formal en su naturaleza propia, había obviamente detrás de ellos unas dimensiones económicas y políticas que tendrían que ser colocadas tarde o temprano en la escena de la criticidad y la reflexión. Para los gobiernos neoliberales la calidad tenía que ver con una combinación de factores y elementos manipulables, que debían arrojar unos resultados predecibles frente a unas pruebas pensadas para privatizar el sector educativo; reducir la carga laboral / pensional, desprestigiar al magisterio y pauperizar las escuelas a favor de la iniciativa privada, permitía, además, la entrada triunfal de la lógica del mercado. Era de alguna manera, también, pasar cuenta de cobro al más agresivo y beligerante de los grupos sociales de América latina: el movimiento pedagógico. En cuanto a la equidad, el modelo privatizador la observa como las condiciones mínimas en que niños y niñas de distintas clases, etnias o creencias acceden a las oportunidades escolares. No importa que la lógica del mercado abandone a la mayoría de estos seres humanos en el juego de la oferta y la demanda. La mano alargada de la educación como negocio ya es dueña de los recursos públicos. Los niños, niñas y jóvenes se adiestran en todo sin aprender porque el sistema les exige a los maestros enseñar a estos a contestar pruebas y a mecanizar tareas. Alrededor de la escuela la desolación, la miseria y la desigualdad social reactivan la tragedia.

Entonces colocar la calidad y la equidad educativa dentro del marco del derecho, como posibilidad de inclusión en las políticas docentes que necesita la región, indica de alguna manera, por lo menos, que la equidad debe ser considerada no solo un espacio sustancial para la calidad de vida de las personas del continente, sino que debe ser una condición indispensable para construir calidad, que sea una meta irreversible de ésta o por lo menos que sea su característica fundante que la identifique a lo largo y ancho del sistema y de la vida de los latinoamericanos y latinoamericanas. Sin embargo las restricciones a las que ha sido sometida la profesión docente redefinen sus acciones más como un simple trabajo, que como una actividad profesional e intelectual. Proletarización, burocratización y enajenación son los adjetivos que acompañan al docente. La creatividad, la flexibilidad y el sentido de lo que hace son conceptos que deben recuperarse desde las universidades, escuelas, grupos de discusión y desde el marco de las políticas educativas. La política es un punto de encuentro que debe volver a la escuela, La formación de los seres humanos del continente no es asunto de los yupies de los organismos multilaterales de Estados Unidos y Europa, es pensar una educación distinta desde nuestra lógica cultural y social sin apartarnos de las corrientes del pensamiento moderno, que aplique para la solución de nuestras particulares problemáticas regionales.

Reiterar que América latina es una de las regiones más desiguales del planeta tiene que ver formalmente con la exclusión histórica que se ha hecho del docente en el diseño y formulación de las políticas educativas. Visibilizar sus preocupaciones académicas, laborales, intelectuales y éticas; colocar en tensión sus visiones ideológicas desde el marco del conocimiento de los problemas de la sociedad civil, puede ser una fuente de comunicación importante en la construcción de unas políticas que tengan en cuenta las distintas emergencias que afloran en la escuela. El testimonio social del aula de clase como asunto público debe cuestionar más las ineficaces actuaciones del gobierno de cara a sus responsabilidades constitucionales; que al maestro que diariamente comparte lecturas, informaciones, conocimientos, expectativas, deseos, intenciones y producciones ideológicas para repensar al país a través de la educación.
La clase de sociedad que tratamos de construir tiene que ver con la calidad de educación que propiciamos para ella. Por tanto el desarrollo de los pueblos, así el neoliberalismo insista que es un asunto solamente económico, necesariamente debe ser gestado desde la escuela. Así los tecnócratas del estado nos digan que la educación es una cuestión estrictamente pedagógica; por razones obvias, no puede educarse a nadie dejando de lado lo político.

Hoy más que nunca nos resistimos a aceptar que los logros del magisterio de América latina puedan ser anulados eternamente por las políticas economicistas de los países desarrollados. La sociedad civil, sus docentes, sus facultades de educación pública, los movimientos pedagógicos, los movimientos sociales, los legisladores, los ejecutivos de los cargos del estado deben firmar un nuevo pacto para que haya políticas docentes serias y efectivas en la región. Como diría Juan Cassasus, “al cerrarse la puerta del aula de clase es donde realmente se juegan las políticas educativas”. La esquina, el barrio, los campos, las veredas y los conglomerados son los ámbitos de lucha para tener una mejor sociedad, obviamente pensada desde una mejor educación.

No hay comentarios:

 
Blogger Templates