Cheque en blanco (Poema)

Me quedé en silencio aullándole a la luna.
Hablándole a los muros que vomitan metralla,
viviendo el “ahora”
con la cruz del amanecer en el pecho.

Me quedé en silencio con la boca llena de sarcasmo.
Argumentándole a los dioses que excretan pecados,
huyendo de las verdades
engalanadas de sugestivas oraciones pordioseras.

Me quedé en silencio con el miedo como canción de cuna.
Creyendo a ciegas en una escuela de angustias,
con el cañon de la muerte hundido en la boca
tarareando una canción estúpida hecha de iniquidad.

El silencio me enseñó a tener un cheque en blanco como vida,
a ser coautor de la infamia,
a darle el destino perfecto a la bala
que no es para mí.

IRREVOCABLE (Poema)

Resigné las cantilenas de las lágrimas,
Las mañanas sin cuerdas,
Un Cristo inusitadamente apócrifo
Y las lisonjas místicas de una madre desfallecida de afecto.

Resigné la ceremonia estúpida de la inutilidad,
Las noches contando telarañas,
Un destino desprovisto de glorias
Y las oraciones cómicas de un padre vanidoso y despectivo.

Resigné una rosa impávida de placer,
Atada a los cabellos de oro de las promesas,
A la espada de Damocles de los días,
A un Dios desconsolado
Que arde desquiciado en el alfabeto vehemente
De la incredulidad.

Seguramente, cualquier día insospechado,
Me iré a lanzar cuchillos dorados,
En el espectáculo inocuo de las cre-encias.
Seguramente, cualquier día sin antifaz,
Tomaré un tinto sin aureola,
Persiguiendo en la genética de la ceguera la melancolía que ya no siento.
Seguramente…
Cualquier día sin nombre…
Resignarme sea el último show al que asista
Sin la marquilla de los besos en el cuello de la camisa…

Seguramente…