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sábado, 24 de mayo de 2008

PERROS Y GATOS (Cuento)

Pese a que todo estaba escrito, experimentado y soportado en la mística de la genética y en el sortilegio de la confrontación, el mar seguía siendo agua impávida y la angustia la alucinación insaciable del hombre. La pesadilla de colores abruma. La garganta seca. Los ojos enterrados en la sangre explorando el legado de la envidia, la culpa vagando de un zapato a otro. Treinta centímetros. Sin duda la muerte estaba de visita. Para ese instante la tarde aún era gris. Comienza a llover sin remordimientos. Los truenos descienden por los hilos plateados de la lluvia. Huele a quemazón. Quemado estaba Pablo, también.
Pablo y Pedro eran más que hermanos. Eran la sangre de la sangre al ciento diez por ciento. Era el lenguaje insondable de lo infinito. Nada podía romper el lazo ecléctico de la simbiosis. Nada. Así de simple.
Pero Pablo yacía muerto con un matemático e incuestionable balazo en el corazón. Me miraba sin reconocerme. Olía a carne vehemente, a rincón húmedo, a tristeza de cuevas solitarias. Olía a cómplice. Eso era Pablo. Un cómplice de afecto infinito que había muerto a manos de un amigo de amistad infinita. Lo infinito es como una línea recta que empieza el viernes y regresa el lunes a saludar y se va.
Pedro acarició la mejilla rosada y fragante de Pablo. Sus dedos re- construían ternura. Balbuceó algo en quizás qué idioma remoto. Se recostó en la almohada mullida. Pablo seguía durmiendo sin hipótesis. Pedro en cambio descubrió que soñar a los dos años de edad, era un asunto siempre precedido por la obcecación de una madre, que piensa en avanzado estado de histeria y, además confunde con el amor a punto de estallar, el llanto por estar orinado sin comodidad lógica, con el de tener hambre no tercermundista. Con hambre se había acostado Pedro. Aparece el tetero (La teta tecnológica finita). Llueve otra vez en el patio cundido de mangos.

Las manos de Pedro y Pablo se entrelazan como cuando compartían la misma placenta. Como nunca volvería a ser. Pese a todo.


domingo, 18 de mayo de 2008

AMEN (Poema)

Una especie de demencia colectiva es la diatriba en los púlpitos
Y en las vanidades.
No sabemos qué es. No interesa saberlo. La creencia masiva supera la infinitud.
Todo rebosa la razón.
Todo se consigue por los atajos.
La ética que se privilegia es la de los resultados.
La fiesta implica que haya muerte.
Muerte asistida por los apóstoles del poder.

Popularidad es el linaje de la locura.
La ignorancia es ceguera mental: locura.
La inmoralidad es sevicia.
Las tres sumadas hacen existir a la muerte.
Hacen que las sociedades vayan al encuentro de la muerte
con anhelo, júbilo y aquiescencia.
No sabemos qué es. No interesa saberlo. La creencia masiva supera la infinitud.
En el país del viento. En macondo. En el país del corazón de Jesús.
Es imperioso que las víctimas se escapen de los preservativos.
Porque de lo contrario la esquizofrenia se quedaría sin feligreses.

La plegaria colectiva de los apóstoles dirá:
Dios te salve Colombia, llena eres de perturbados, el señor está contigo,
Bendita tú eres entre todas las sociedades
Y bendito es el destino que te has fraguado…
Amén.

La posdata lapidaria dirá: este escrito solo debe ser sufrido por aquellos que se cuenten como personajes principales de él.
Debe ser leído, reflexionado y criticado por quienes hayan logrado salir del manicomio.
Amén.

sábado, 3 de mayo de 2008

NO PUEDE SER BUENO (Articulo)

Quien conceptúa ciegamente que lo privado es mejor que lo público, que la acumulación de la riqueza es la panacea en un mundo de miserables, que todo fin por bueno que parezca ser justifique cualquier medio a usar; por macabro que este sea, no puede ser considerado socialmente bueno. Quien confunda a ultranza a los opositores políticos con terroristas, a los países limítrofes con una caterva comunista de antiyanquis, a los que no comparten sus ideales invasores con apátridas, a los áulicos y palaciegos de su círculo intimo con patriotas, a la dignidad expuesta con lo subversivo; sin duda alguna no puede ser genéticamente bueno. Quien emplea la mentira y los “falsos positivos” como arma de destrucción contra los que no comulgan con sus ideas, hace alianzas de intereses con criminales de la peor ralea, se postula como único e irremplazable para salvar a la patria, reza e invoca a cada momento a no se sabe que clase de Dios y celebra con euforia la muerte de un ser humano, esté en la orilla que sea; es imposible inscribirlo en el grupo denominado: seres humanos. Quien se enoja cuando las cosas terminan siendo como deben ser, despotrica en contra de los demás poderes del estado, insulta a los que no son de la derecha, increpa a los militares que no asesinan, arremete contra las ONG que ofrecen argumentos en contra de la guerra promovida por el gobierno, denosta a quien formula las soluciones desde otro ámbito y calumnia a los que por la naturaleza de sus obligaciones, deben ejercer la justicia sin preguntar de que partido político provienen los criminales; ese tipo de persona no debe ser observado como buena.

Quien ordena enmascarar las cifras del costo de la vida, maquillar los datos que arrojan las encuestas del DANE, inventar otras variables para disminuir los niveles de la pobreza, quien “compra” respaldo popular a punta de subsidios y recompensas, debilita los partidos de la oposición por cuenta de reformas políticas indebidas, señala con sevicia a los guerrilleros pero considera delincuentes políticos a los paramilitares; es un hecho, políticamente no puede ser definido como bueno. Quien visita a la mayoría de los países del mundo hablando que el crimen contra el sindicalismo ha disminuido, que los sembradíos de amapola son historia remota, que la guerrilla terrorista es ficción y novela, el narcotráfico una película del pasado y el paramilitarismo está encarcelado; difícilmente se puede acreditar en calidad de persona. Quien engaña hasta al más temible de sus secuaces, extradita a sus amigos entrañables y a sus enemigos furibundos (da lo mismo), fustiga y lapida a los medios de comunicación distintos a CARACOL Y RCN, salvo algunos columnistas honestos de estos medios, redefine los conceptos de delitos contra el erario público, se hace respaldar de cuanto malhechor raso aparece en las regiones y envía a lacayos o familiares a cargos diplomáticos en el exterior, no puede ni debe estar en las listas de los seres humano buenos.
Quien reprende en público a los funcionarios (vasallos) del estado, ordena capturar a facinerosos que el mismo nombró en cargos menores reemplazando a las autoridades judiciales, envía militares colombianos a conflictos armados que no tienen nada que ver con nosotros, ordena masacrar a los trabajadores nacionales a través de reformas laborales lesivas, persigue sin piedad a periodistas decentes que no le hacen el juego a su política delictiva, asocia a los congresistas de la oposición con grupos al margen de la ley; es decir, “el ladrón juzga por su condición”, interviene en las decisiones de las cortes cuando éstas obran en contra de sus amigos; por razones obvias, una persona de tal calaña, no puede ser jurídicamente bueno.

Quien nombra en lo cargos de alta dignidad gubernamental o entrega ternas para que de ellas se escojan a las personalidades que deben hacer el control a las acciones del gobierno, es decir, que por la naturaleza de dichos puestos están para proteger a los ciudadanos de “ese” gobierno, solo porque son sus camaradas o sirvientes, quien ataca la ilegalidad con la ilegalidad irrespetando los territorios de los países vecinos, quien reclama solidaridad después de haber violado los principios de respeto al otro, vinculando a sus posibles aliados con el terrorismo, es complicado que alguien con dos dedos de frente pueda considerarlo éticamente bueno. Quien sale cada que quiere en alocuciones televisadas a decir que nuestra economía es tan fuerte como la de los países desarrollados sin que se le note la vergüenza, quien apela a los odios familiares para meter a los colombianos en “su” guerra de bandidos, mostrando cifras anodinas que solo se las creen los forajidos del palacio de gobierno, quien cierra empresas del estado para entregárselas a los ricos del país o a las transnacionales, so pretexto de que son inviables, nadie bajo ninguna circunstancia puede llamarlo bueno.

Quien acorrala a los maestros del sector público con sueldos de hambre y concursos que nadie tiene certeza de ganarlo o perderlo, quien aprueba leyes y normas para favorecer a los paramilitares, quien hace creer que en Colombia no hay conflicto armado y se jacta argumentando que lo que existe son bandas de bandoleros que atacan al estado, quien gobierna con el ala política del paramilitarismo, se niega a contestar preguntas que averiguan sobre su dudosa conducta o la de algunos de sus funcionarios “estrella”, quien denigra de las personas que buscan con encono un acuerdo humanitario, quien prefiere los rescates militares como camino único para devolver los secuestrados al seno de sus familias, quien coloca a la constitución política en calidad de “prostituta” para usarla en sus voraces apetitos personales, quien odia a las minorías electorales, sexuales, étnicas y sociales, quien desacredita a sus antecesores, estigmatiza la protesta social y odia a los grupos de izquierda democrática; puede que sea presidente de Colombia por uno, dos y hasta tres periodos, tener el 84% de popularidad en las encuestas que se ordenan desde el palacio de gobierno, incluso alcanzar a pensar que de cada 100 colombianos 84 son iguales a él, éticamente antisociales; o lo peor, que las personas que lean este texto piensen que el que lo escribió es realmente malo, por expresar lo que la mayoría saben, pero que se lo niegan o no lo entienden por cuenta, digamos, del 84% de popularidad que nadie tampoco sabe de donde sale. Si. De la misma parte en donde mercan, viven y se inventan las cifras descabelladas, alucinantes y virtuales los del DANE. Usted tampoco puede ser bueno sino lee, compara, confronta, analiza, reflexiona y toma posición ideológica sobre los datos proferidos aquí, que lamentablemente si hacen parte de la Colombia en que vivimos algunos.

jueves, 1 de mayo de 2008

EN EL CIELO REGALAN HELADOS(Poema)

No está. Las manitas se estiran.
Alcanzan las blanquecinas puertas del cielo.
Las uñas remotas de la niñez acarician el helado de menta.
No se encuentra. "Una voz celestial masculla"
¿Dónde está Dios? "Organiza al cielo"
¿Quiero saber por qué estoy aquí, sin haber vivido un ápice?
"Eres un ángel"
No tengo alas. "Nadie las tiene"
Dios tiene. "No las necesita"
Dios nunca está. "Está en todas partes"
¿Qué es todas partes? "Tú por ejemplo"
¿Aquí escribieron la biblia? "Por supuesto"
¿Mis hermanitos vendrán aquí? "Todo depende"

Todo depende.
Depende de creer lo suficiente.
De aceptar lo suficiente.
De pensar insuficiente.
De merecer lo que no entiendo. Incluso que yo esté aquí.
Está justificado.

Las manitas untadas de lágrimas retornaron a la tierra.
La muerte venía vestida de eminencia.
Sonreía.
Paciente.
Le preguntaba a mi madre por el alza de los servicios públicos,
la segunda reelección, la parapólitica y por el festival vallenato.
Preguntas que anticipan las pesadillas.
"No se puede hacer más por el bebé, la ciencia tiene límites"
Dios, al parecer, también.

¿Habrá helado de menta en el cielo?
 
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